Burning, tiempo presente
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Por lo general, no soy de esos que están siempre pensando en que cualquier tiempo pasado fue mejor, no. Me gusta seguir la actualidad, ver que ofrecen las nuevas hornadas a mis tímpanos y a mi corazón. Aclarado esto, recién llego a casa, vengo de la FNAC con ese regalo que me acabo de hacer, el "Vivo y salvaje" de los Burning. Chulos ellos. He visionado el DVD, he palpado ese bonito estuche donde viene junto a dos Cd's más, he sonreído leyendo los cariñosos créditos y, porqué no decirlo, he vuelto a disfrutar como el tonto de los palotes que soy.
En 1979, finalizando una década, los vi por primera vez en directo en Crevillente (Alicante). Me considero un privilegiado al haber podido vivir aquella noche, con la formación titular del momento. Ese día me enamoré de ellos (sin mariconadas, ¡eh!), ese día quedé totalmente atrapado entre sus garras. Y la vida siguió, para todos. Baja tras baja, disco tras disco, desencanto tras ilusión, ilusiones tras desencanto... como todo hijo de vecino.
Me viene a la cabeza mi época de pinchadiscos en los clubes Gasofa y Garage Arena, allá por los 80, sus vinilos tuvieron invariablemente sitio preferente en mi cabina, ¡vaya si lo saben bien mis amigos! Y siguieron pasando los años, pero, no sé por qué, siempre iba encontrando un hueco para volver a escuchar sus canciones y evitar que fueran enterradas por el polvo del olvido. Esto no me pasa con todos, de hecho, muchos otros han pasado a mejor vida en mis recuerdos.
Y nunca fue la nostalgia el motor de mis impulsos burnianos, porque, también, siempre he encontrado un momento para ir siguiendo todas sus novedades, prestar atención a su actualidad y avanzar en el camino. Me gustara más o me gustara menos, envejecer junto a ellos se ha convertido en una transición placentera. Estar pendiente de sus andanzas ha sido una necesidad vital para mí y, lo mejor, nunca me han decepcionado.
Este "Vivo y salvaje", en pleno 2015, sirve para certificar que Burning, con su maravillosa formación titular actual, está en un excelente estado de forma y que, desde hace mucho tiempo, es patrimonio fundamental del rock español. Y gran parte de culpa de que esto sea así, se la debemos a Johnny Cifuentes, un tipo que ha sabido mantener con dignidad, durante 40 años, el estandarte y legado burniano. ¡Gracias!
Burning, tiempo presente.
Blaire Alise and The Bombshells
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Blaire Alise es de esa clase de artistas que huye de sentarse sobre un taburete armada con una guitarra acústica y dispuesta a darnos la tabarra. Después de todo, ella es de Detroit. Blaire es conocida por sus enérgicas y atractivas actuaciones, donde destila una exquisita mezcla de pop sesentero y garage rock. Sus canciones están repletas de guiños pegadizos, letras optimistas y maravillosos coros que evocan el sonido de aquellas buenas bandas femeninas de los 60, todo ello aderezado con vigorosas dosis de rock garagero que te recuerdan que sus raices están en Detroit. Piensa en unas Ronettes viviendo a las afueras de la Ciudad del Motor. Sus influencias abarcan a artistas tales como Wanda Jackson, Lesley Gore y Little Willie John, sin dejar de lado a algunas bandas detroitinas de garage rock que abrazan sin ningún pudor.
Blaire Alise & The Bombshells llevan funcionando desde el 2012. Su primer larga duración (For my darlin') fue producido por Jim Diamond en sus estudios Ghetto Recorders y fue lanzado al mercado en el verano de 2014. The Metro Times lo incluyó en su Top 10 de mejores álbumes de dicho año. Un excelente debut para esta jovencita de 19 años.
Más información en blairealise.com y blairealise.bandcamp.com
Ambros Chapel publican The Last Memories
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Nos encontramos ante una selección de magníficas canciones, construidas todas ellas con una intensidad que embelesa y una densidad que atrapa. Cincuenta minutos de cadencia hipnótica, que solo se toman un respiro en el pasaje firmado como Situation. The last memories es brillantez creativa e inteligente afectación, la justa. Ambros Chapel, disco tras disco, robustece su seductor abecedario sonoro y en esta nueva entrega no tenía porqué ser diferente. Si hubiera que definir este trabajo en una sola palabra, esta sería: belleza.
Editado por 7Days Music & Harmony Records. Más información sobre ellos en su BandCamp.
* Esta reseña apareció publicada en Mondo Sonoro (Comunidad Valenciana)
Entrevista a Virgen
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Mondo Sonoro (Comunidad Valenciana) me pidió una reseña del grupo alicantino Virgen para la sección "Escaparate" con motivo de su recién estrenado disco Polsaguera. Aquí te dejo la charla completa. La foto corre a cargo de José Manuel García-Ñíguez.
¿A qué se debe el nombre de Virgen?
- Cuando empezamos hace unos 15 años nos llamábamos Dusk, pero las cosas comenzaron a ponerse serias, nos clasificamos para la fase final del concurso Villa de Bilbao y el productor Pablo Iglesias (Hora Zulu, Lagartija Nick) nos propuso producirnos nuestro primer disco. Ese fue el momento en que nos planteamos cambiar el nombre a otro que fuera fácil de recordar y que no dejara indiferente y fuese en castellano. Virgen fue el elegido aunque por unas semanas nos llamamos Coimbra.
Ha habido un largo lapso entre vuestro primer disco y este Polsaguera, casi 9 años, ¿algún motivo en especial para este prolongado parón?
- El año siguiente del primero, ya teníamos el grueso de nuestro segundo disco preparado. Estábamos ultimándolo cuando nos dimos cuenta de que no nos satisfacía al 100%. Se iba por derroteros muy técnicos y decidimos hacer borrón y cuanta nueva así que nos encerramos en una casa de montaña en la Sierra de Segura y compusimos Polsaguera. Estábamos listos para entrar en estudio pero un cúmulo de problemas personales, trabajos etc... hicieron que se dilatara mucho más de lo deseado. Finalmente hemos encontrado el momento perfecto para que este disco vea la luz y, ahora que hemos conseguido activar la banda, pensamos luchar por ella con uñas y dientes.
Durante todo ese periodo, ¿habéis estado inmersos en otros proyectos musicales o ha sido una hibernación total?
- Hemos estado involucrados en algunos proyectos, pero nuestra prioridad siempre ha sido Virgen, hemos seguido ensayando y viéndonos, somos grandes amigos además de compañeros de banda y, aunque ha habido un gran parón, siempre hemos tenido claro que en un momento u otro, volveríamos a los escenarios, lo difícil ha sido encontrar el momento justo para hacerlo.
Es evidente la evolución creativa desde aquel Primera vez, ahora abrís vuestro espectro sonoro a más tendencias y, a mi entender, el resultado final resulta muy atractivo y creíble. ¿Cómo se plantea este cambio en el seno de la banda, fluye de una manera natural o es algo premeditado?
- Surge de manera absolutamente natural. Siempre hemos huido de las etiquetas, no nos gustan los talibanes musicales. Han pasado muchos años desde nuestro anterior disco y ha pasado mucha música por nuestra manos, es inevitable la madurez musical, pero nunca renegaremos de nuestro pasado, todo lo contrario.
Veo que le dais una importancia especial a la terreta... ¿hasta que punto os motiva e inspira la Vega Baja?
- Es el lugar donde nos hemos criado y nos hemos formado como personas. Nuestro amor/odio por nuestra tierra ha sido un tema de conversación entre la banda desde siempre. Comenzamos a inspirarnos en nuestra tierra para las composiciones y cuanto más investigamos más identificados y cómodos nos sentíamos. Digamos que dejamos de mirar hacia fuera y decidimos mirar hacia dentro.
Y ya que estamos con el tema, ¿realmente existe una escena underground en la zona?
- Existe una escena fascinante. Muchísimas bandas de una calidad que no tiene nada que envidiar a las de las grandes ciudades y, sobre todo, muy originales. Lo triste del asunto es que no existen casi sitios para tocar en directo y, mucho menos cobrar por ello. Además, los sellos nunca miran hacia aquí, lo cual es, a nuestro entender, un gran error.
¿Polsaguera es una obra conceptual y concebida para una escucha ordenada a través del tracklist de los créditos? Me refiero a si gana con una reproducción del 1 al 11 o da igual que el oyente le dé a su botón de random.
- Este disco está concebido como un todo, las canciones están hiladas entre sí y así es como nos gustaría que lo escuchara el oyente, pero también es cierto que se pueden escuchar por separado sin problema.
La producción me parece excelente. Todo luce de una manera sobria y contundente, una deliciosa maraña sónica que siembra el caos con gran inteligencia y sin perder nunca el control sobre él, ¿obra y gracia de Pablo Pulido?
- Muchísimas gracias. La producción es obra de Pablo Pulido y de la propia banda. Pablo estuvo presente durando la composición en la montaña con todo su equipo de grabación y dio su opinión sobre las mismas. Luego, en la grabación fue más de lo mismo, entre todos dimos, después de darle varias vueltas, con el sonido que estábamos buscando.
¿Preparados para la vuelta a los escenarios? ¿Qué planes hay a corto plazo?
- Estamos totalmente preparados para la vuelta a los escenarios y muy motivados para ello. Nos espera el inicio de la gira de presentación del disco. Vamos a lanzar unos vídeos de unas sesiones grabadas en directo en Estudio Uno (Colmenar Viejo) y estamos recopilando información sobre un futuro documental sobre la historia de la banda y la escena en la Vega Baja.
Sala Gasolinera Rock, años 80
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Entrevista que me hizo Jorge Salas para un artículo sobre la sala Gasolinera (Valencia, años 80) y que se publicó en CulturPlaza. En la fotografía, Corazón Rebelde, el primer concierto que programé en Gasofa. Inolvidable.
Jorge Salas / 1. Si no tengo mal entendido, tú estás en Gasolinera del 84 al 87... ¿Cuál es la historia del local antes y después de tu llegada?
Manolo / - Gasolinera como tal, arranca, más o menos, en el año 83. Antes, si no recuerdo mal, se llamaba 5 Semanas En Globo y era simplemente un pub de barrio sin mayores pretensiones. El garito era propiedad de José Gómez, para muchos Pepe Gasofa, posteriormente reconvertido a Pepe Matarile (creador y alma máter del festival Viña Rock). En ese año de estreno, la intención ya era la de programar grupos en directo como esqueleto principal de la aventura. Por allí andaban Cali, un buen tipo de Requena y Miguel F. Jim. El primero tenía La Tienda del Disco en la cercana calle Alboraya, especializada en música independiente del país y Miguel estaba al frente del programa Noticiario Moderno que se emitía desde Radio Klara. Entre ambos dieron el pistoletazo de salida, bajo la mirada en la sombra de Pepe.
Mi entrada supone una implicación total en lo personal y en lo profesional. Un giro radical en planteamientos y actitud, o eso quiero creer. Para mí, Gasofa no era un juego ni un divertimiento de fin de semana, aunque lo pudiera parecer. Yo no tenía otro tipo de trabajo que me cubriera las espaldas para hacerme el moderno a jornada parcial y si la necesidad imperiosa de poder llegar a final de mes. Todo esto se tradujo en una programación regular de calidad y unas intensas sesiones de cabina que permitieron hacernos con un hueco en la noche valenciana y en el corazón de una clientela amiga y cómplice de nuestras actividades. Estando fuera de los barrios de moda no fue una tarea sencilla. El que iba a Gasofa, sabía a lo que iba y no porque le pillara de paso.
JS / 2. ¿Cómo llegas allí y cuál era tu labor? ¿Programar?
Manolo / - Por aquella época ejercía de mánager de Gabotti, acabábamos de publicar el single “No quiero ser” y a la vez pateaba todo el Levante trabajando como promocionero del sello D.R.O. Alguna carambola, relacionada con lo anterior, me llevó hasta la calle Orihuela, el caso es que Pepe mi hizo una oferta para incorporarme a su proyecto y acepté. Me gusta definirme como un 4x4. Mi padre prefería llamarme aprendiz de todo y maestro de nada. En Gasofa, principalmente, pinchaba y llevaba la programación, además de hacer de relaciones públicas, jugar al futbolín, recibir al de las cervezas o lo que se terciara en cada momento. Cuando me apasiona algo, suelo ser una puta muy barata. También es cierto que la empresa me dio libertad absoluta en todos los campos y eso tampoco tiene precio y menos aún cuando tienes 23 años.
JS / 3. He leído que todos los grupos que pasaban por Gasolinera eran españoles (¿o cantaban en castellano?)... ¿Esto era una opción filosófica o una cuestión presupuestaria?
Manolo / - Hay que tener en cuenta que Gasofa era un club pequeño, como tienen que ser los clubes, con un aforo de unas 200 ó 250 personas, en un lleno hasta la bandera. Esto, inevitablemente, influía en los presupuestos de la programación, pero no tenía nada que ver con el idioma o la procedencia de las bandas, de hecho mi primer bolo, memorable para todos los que estuvimos esa noche allí, corrió a cargo de Corazón Rebelde, cuatro rockeros chilenos exiliados en París. Tampoco hay que olvidar que la mayoría de las bandas cantaban en castellano, tanto las locales como las que traía de otros rincones de España. Ahí no aplicaba ninguna vena filosófica, era lo que había y mi misión consistía en cribar lo que consideraba más atractivo para nuestro escenario y para nuestro público, una especie de guardián entre el centeno. Así vinieron Los Enemigos por primera vez a Valencia, Brighton 64, Gatos Locos, Cardíacos, La Frontera, Claustrofobia, Dulce Venganza, Alphaville o la mayoría de los grupos de la comunidad. Otra cuestión diferente era la cabina, siempre he llevado a gala pinchar rock en castellano, simplemente porque me gusta, no por cuestiones patrióticas. Muchos garitos ya ofrecían música internacional, unos con mejor criterio que otros, pero esa demanda estaba perfectamente cubierta en la noche valenciana y yo me decanté por apoyar y disfrutar con el underground nacional. Eso sí que era marca de la casa. Incluso sonaban maquetas. Siempre he sido un Chapa Discos.
JS / 4. En tu libro comentas que era una especie de punto de encuentro para todo tipo de “tribus urbanas”. ¿Esto sucedía porque en esa época en Valencia no había otra opción aglutinadora o realmente tenía algo especial?
Manolo / - Dentro de lo que un antro en su modestia puede aportar, Gasofa destilaba autenticidad, diversión e ilusión por todos sus rincones. Eran buenos tiempos para la lírica y para muchas más cosas, aunque la canción de Coppini dijera lo contrario. Ese clímax mágico se debía a la peña que venía al local, fueran de tribus urbanas dispares o nuestros asiduos del barrio, a los currantes de la sala, a los músicos que subían a su escenario para improvisar una jam cuando menos te lo esperabas en un martes cualquiera por la noche... claro que tenía algo de especial, la gente podía ir a otros sitios, no éramos los únicos dispuestos a pervertir o emocionar al personal.
JS / 5. Voy a preguntar una estupidez... ¿Funcionaba así porque era una especie de alternativa a la Ruta Destroy para ese público, o directamente era una parada más de la Ruta en su primera época?
Manolo / - Gasolinera siempre tuvo su propia personalidad y su público, fuera el que fuera, siempre tenía un nexo en común y era el de su pasión por la música en directo. Ese fue el gran plus de nuestro club, el directo, la programación de actuaciones de jueves a sábado, todos los meses del año. Gasofa no perteneció nunca a la Ruta Destroy, aunque, evidentemente, casi todos pasamos por ella aunque fuera gateando a cuatro patas.
JS / 6. Comentas en tu libro también que de vez en cuando había algún conflicto... ¿Cuál era el nivel de peleas y, ya que estamos, cuál era su relación con el consumo y el tipo de drogas que se consumían?
Manolo / - Supongo que ahora debería ser políticamente correcto y decirte que lo que pasa en el campo se queda en el campo (y otras cosas que se irán a la tumba, claro está), pero la verdad es que visto con la perspectiva que da el tiempo, tampoco fuimos malos chicos. Lo cierto es que para el gran ambiente libertario que se gozaba en aquellos días, sin tanta presión ni control, altercados destacables no hay tantos. Las broncas se arreglaban o charlando o con dos guantazos y casi siempre terminaban en un Asturias patria querida por parte de los intervinientes. La más divertida, ahora, fue una buena tunda que le metieron los chicos más curtidos del barrio a una pandilla de punks en una pequeña batalla campal que se montó a las puertas. Los malotes del barrio eran nuestra guardia pretoriana y nos mimaban, estaban orgullosos de tener un garito molón en sus dominios. Lo sentían como suyo. Eso sí, follones por las drogas no recuerdo, ni siquiera por parte de los que estaban metidos en el caballo hasta las cejas. Es más, la droga que se consumía provocaba más hermanamientos que enfrentamientos. Era, posiblemente, una malicia light. María, chocolate, centraminas, dexedrinas (¡qué ricas!), tripis (esos Supermanes), mescalina (mi amor), speed (la gran mentira), cocaína, caballo... qué quieres que te diga, pase y sírvase usted. ¡Qué suerte hemos tenido algunos de llegar hasta aquí!
JS / 7. He leído también que la gente iba a Gasolinera independientemente de quién fuera a tocar... Parece impensable a día de hoy. ¿Por qué crees que sucedía entonces, y por qué crees que no sucede hoy (si lo crees)?
Manolo / - Como ya te he comentado anteriormente, el nexo en común de todos los asiduos a Gasofa era la música en directo. Muchas veces no importaba ni el nombre de quien actuara, la gente iba como el católico que va los domingos a misa y no sabe el sermón que va a dar el cura. Se fiaban del rigor de la programación, pensaban: si tocan en Gasofa es porque deben molar. Ir a un concierto era un ritual habitual tanto para el público en general como para la mayoría de los músicos que también acudían como un espectador más a los shows de otros grupos. Y es cierto que no había excesivo prejuicio a la hora de disfrutar de 4 ó 5 tíos descargando watios sobre un escenario. ¿Por qué sucedía?, quizás seamos de una generación que aún era consciente del gran cambio social que estaba dando el país desde la muerte de Franco. Libertad y respeto son palabras que actualmente se compran muy baratas.
JS / 8. ¿Qué supuso Gasolinera en los años 80 para Valencia? Y, ¿qué supuso para ti?
Manolo / - Para mí, sin duda, una experiencia vital. Un periodo en el que viví a mil por hora y del que disfruté hasta el instante más insignificante. Trabajar en lo que más me gusta y conocer a mucha gente. Para la ciudad, no sé, lo tendrían que decir otros pues mi visión puede estar algo distorsionada por ser parte implicada, solo puedo afirmar que Gasofa aportó su pequeño grano de arena a la contracultura y que fue un espacio enriquecedor donde muchos artistas se pudieron sentir como tales y plasmar sus sueños en el lienzo de un escenario.
JS / 9. Si no he leído mal, tenía también al principio un concurso de bandas, ¿no? ¿Esto se mantuvo cuando estabas tú? ¿Dirías que fue el germen del Valencia Sona de Roxy o nada que ver?
Manolo / - Lo calificaría de simulacro de concurso. Fue en el 83, justo antes de entrar a trabajar oficialmente en la sala. Me pillaron de primavera, me dijeron que sería jurado cuando ya tenían todo el pescado vendido. Fue todo un poco rocambolesco y por supuesto me sublevé y la lié parda para que no les cuadrara la votación. Ni de lejos fue el germen del Valencia Sona. El concurso de Roxy fue algo espectacular en todos los aspectos.
JS / 10. ¿Recuerdas algún concierto o algún momento especialmente? Además de Doctor Divago (creo), ¿hubo algún grupo o músico que recuerdes que empezara en Gasolinera?
Manolo / - Los Divago eran unos pipiolos cuando yo programaba, se estrenaron en Gasofa tiempo después de mi marcha, buena gente. Músicos que tocaron en sus inicios con sus primeras formaciones hay muchos y que siguen al pie del cañón también, prefiero no dar nombres porque no me gustaría ignorar a nadie. Recuerdos, claro, el ya comentado primer concierto que programé con los Corazón Rebelde fue algo sensacional, unos músicos impresionantes, los Clash latinos, dieron toda una exhibición. Otro bolo maravilloso, Gatos Locos, con un incipiente Fernando Lavado al frente, más de dos horas de rock and roll clásico con la gente embrutecida. Pedro Burruezo con Claustrofobia, nivelón. Comité Cisne en el fin de año del 84 con su flamante maxi “Dulces horas”. El listado de chicos de la casa: Morcillo el Bellaco, Scooters, La Resistencia, Cómplices, Las Terribles, Infieles, Esgrima, Mak y Los Desertores... las jams con Paco Matallín, Julio Garcerá, Gabotti, Nano Payá, José Luis Macías, Fernando Gallart, Cipri, me matarán los que faltan. Y, siempre en mi memoria, las actuaciones del fallecido Dani Natanson en solitario con su guitarra o bajo y caja de ritmos, pases a veces para 10 ó 15 personas, totalmente improvisados sobre la marcha y sin anuncio previo que llenaban cualquier madrugada. Lo recuerdo con cariño muy a menudo.
JS / 11. Seguro que ya te lo pregunté en la entrevista de Roxy, pero... ¿Por qué es tan difícil que una sala sobreviva en el tiempo con una filosofía propia y sin plegarse a modas?
Manolo / - Con sinceridad pienso que muchas veces cualquier tipo de apuesta, por mucho que roce la excelencia, está supeditada al capricho del público y la fortuna. Puede parecer simplista la respuesta, pero no creo que exista una tabla de baremos que nos dé una explicación lógica. Sería como tener una varita mágica, como saber convertir la piedra en oro.