Furious People: Time for reaction
Este fibroso quinteto nos entregan, “Time for reaction”, su cuarta referencia discográfica “trata sobre todo lo que está pasando en este país, creemos que es momento de hablar de ello y de denunciar las injusticias que estamos sufriendo”. Un trabajo cargado de pura energía, credibilidad y grandes canciones, fruto, quizás, de la inexistente necesidad de forzar situaciones “somos una banda de colegas y hacemos lo que más nos gusta para pasárnoslo bien, pero no tendríamos problema en que las cosas fueran a más. Las pretensiones de la banda son llegar hasta donde se pueda”. Con ocho años de existencia y más de cien conciertos demoledores, nadie discute su honorífica mención como la mejor banda de High Energy Scandinavian Rock de la plana “en Castellón hay bandas a patadas, los locales están llenos y hay muchas salas de conciertos, buen ambiente”, pero “por desgracia, no muchas salen a la luz”. Optan por la financiación propia “de momento autoedición por obligación, ya que no queremos dejar de sacar discos”, y es que tienen claros sus objetivos “Nuestra filosofía es componer, grabar, tocar, disfrutar y seguir hasta que nos cansemos”. Furiosos con causa.
Jolly Joker, vacilones
Impecables y vacilones, así son estos tipos, abanderados de la mejor escuela sleaze dentro de una ciudad repleta de panolis indolentes, grises songwriters y ukeleles hawaianos “llevamos desde 2008 tamizando la parte más sucia de L.A. y la más turbia del norte de Europa”. El resultado es de lo más espectacular que te puedas encontrar “somos animales de escenario, nuestro primer disco solo consigue plasmar algo de lo que son nuestros directos”. Y eso que su álbum “Sex, Booze & Tattoos” es pura gozada roquera de principio a fin, con un videoclip del single “Fuck it all” que te atrapará sin remisión. La chulería de Jolly Joker no es una pose “lo que ves y lo que oyes es lo que somos, esto es rock and roll y no valen las medias tintas. El público no es tonto”. Cierto, y es de agradecer esa actitud verosímil con la que envuelven su aventura sonora que, a su vez, sirve para rescatar y engrandecer un género que gozó de todo su esplendor en los ochenta y que se resiste a caer en el olvido. “Este mes estaremos defendiendo la causa en Madrid, Zaragoza y Valencia”. Mientras existan adalides como Jolly Joker, el futuro está garantizado. “Sex, Booze & Tattoos” ha sido editado por The Fish Factory.
(Foto por Betty Lane)
Boikot en Rock City
Los casinenses En Jake fueron los encargados de abrir fuego, esa noche, ante un público predispuesto a todo. Estuvieron dignos. Y así, con el camino allanado, los madrileños arrancaron su pase con el tema “Naíta na”, una delirante mezcla de punk-ska con guiños al Kazachok que solo fue la mecha de una velada incendiaria. Boikot es una banda con los mismos miembros durante más de tres lustros, y eso se nota en el sabio manejo de su repertorio y, cómo no, del personal que acude a su reclamo. Además de repasar parte de su último disco, “Lágrimas de rabia”, no faltaron clásicos como “Inés”, “Stop censura”, “Mentiras”, “Hasta siempre” o “De espaldas al mundo”. Entre rock, punk y ska frenético, la fiesta alcanzaba cotas de éxtasis absoluto cuando llegaban los pasajes hardcoreros, donde todos los presentes participaban entusiasmados y cómplices de una banda honesta y respetuosa con sus seguidores. Kosta, osado él, se marcó un “Enloquecer” en catalán, mientras sus camaradas, Juankar, Alberto y Grass, le cubrían la retaguardia con pasión. El cuarteto, ya entregado a la causa, disparó sus últimas ráfagas certeras: “No hay tregua” (Barricada) y dentro de “Kualkier día” recrearon un medley con “Marihuana” (Porretas) y “Vicio” (Reincidentes). Entiendo que puedes imaginar el final.
(Foto Irene Bernad)
Uzzhuaïa: Santos y diablos
Hace mucho tiempo que Uzzhuaia, por méritos propios, lucen esplendorosos ante los ojos de quienes están dispuestos a disfrutar de su propuesta musical. Aunque muchos piensen que el rock está demodé, ellos vuelven de nuevo para dejarlos en evidencia y sacarles los colores. “Santos & Diablos” es un álbum cargado de pura dinamita, con canciones que transitan pletóricas, una tras otra, pateando manidas etiquetas que no pueden encorsetar la excelencia de este disco. La voz de Pau Monteagudo, que en ciertos matices me recuerda a Noel Soto, se maneja con clase sobre la precisa base rítmica que conforman JL García (batería) y Alvaro Monteagudo (bajo) que, a su vez, sostienen las implacables e impagables guitarras de Alex Simón e Izzra Ferrer. Por cierto, el estribillo de “Cicatriz” lo hubiesen firmado, sin reparos, los 091. Hablo en serio; ellos, también. Publica Maldito Records.
5th and Pontiac: Skallywag
Con el escocés Mark Tait al frente, este combo valenciano nos ofrece un repertorio de canciones que se mueven dentro de los cánones del rock con corrección, al margen de sus letras más o menos explícitas. Los temas juguetean, casi al 50%, con la contundencia que apisona y los pasajes apacibles, buena muestra de esto serían “Chupito Mosquito” y “Castles in the air”, que nos permiten comprobar el sabio manejo que la banda hace de los tempos en todo momento. Mi favorita, sin duda, “Turning me around”. Publicado por Dogmountain Records