16 Toneladas de cariño
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El pasado sábado, 23 de noviembre de 2024, unos cuantos de nosotros regresamos irremediablemente por unas horas al futuro, sito, cómo no, en la gasofera calle Orihuela. Por situarnos, creo que retrocedimos a cualquier fin de semana de 1986, un viaje en el tiempo de casi 40 años, venga, 38 para los más quisquillosos. La magia fue posible a Pepito y Poldo, que arropados por todo su espléndido equipo y con un Shipley inconmensurable, hicieron que con el golpe de su varita, los 3CóMPLICES pudieran aparecer sobre el escenario del mejor club de conciertos de la ciudad de Valencia.
Allí estaban Nano Alves y Buto Antúnez, acompañados de los no menos incombustibles Fede Ferocce, Óscar Ureña y Buelius Espejo ofreciendo lo mejor que llevan dentro y dejando patente que lo suyo no es una pose de falsa modestia, simplemente son así, gente de barrio, auténticos héroes de la clase trabajadora que te regalan su corazón y un puñado de buenas canciones a cambio de una cálida sonrisa de complicidad. Una tropa sesentona que derrochó energía, actitud y pasión por lo que sienten: rocanrol. Hay que tener los cojones muy bien puestos para, sabiendo que no hay ningún rédito económico, mantener la ilusión de subirte a un escenario, ofrecer más de dos horas de actuación y disfrutarlo como si tuvieras solo veinte años a tus espaldas. No, no estamos en la edad del pavo, ni somos adolescentes con acné. Eso ya pasó. Todo lo que hacemos ahora es con alevosía y premeditación, pero los ensayos para llegar hasta aquí no te los quita ni Dios. Hay horas de dedicación y esfuerzo, no todo son luces de colores entre bastidores. Aun así, merece la pena la experiencia porque te hace sentir vivo y, en este caso, volver a acercarte a mucha gente que son, de una manera u otra, parte de tu vida.
Este concierto de 3CóMPLICES and The All Stars 007Band fue la excusa perfecta para hermosos reencuentros que convirtieron la noche en fascinante. Era imposible no emocionarse mirando a tu alrededor mientras mis queridos Cómplices desgranaban su repertorio. Allí, arropados por la protocolaria semioscuridad, pululaban a sus anchas personas y personajes que provocaban efervescencia en los sentimientos. Nunca me sentí más cómodo en cuanto a buenas vibraciones en un acto público. Los astros parecían haberse alineado para convertir el evento en algo inolvidable para muchos, o eso quiero pensar. El recuerdo que para siempre me llevo impregnado en la piel es el de 16 toneladas de cariño derramadas por todos los presentes.
Muchas gracias a todos.
Mi hermano Juan
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Hoy, 4 de noviembre de 2024, a las 7:45 mi querido hermano Juan ha fallecido de un cáncer que le detectaron hará cosa de un mes. Han sido días muy duros para la familia y de aceptación a su decisión final. Ahora mismo solo me vienen a la cabeza aquellos fantásticos partidos de fútbol chapa que junto a mis otros hermanos, Pepe y Miguel, nos montábamos en el salón de casa de mis viejos. Eran todo un derroche de fantasía que solían terminar como el rosario de la aurora. Un juego que nos unió desde la infancia, a modo de pacto de sangre, hasta bien entrada la madurez (si es que alguna vez conseguimos llegar a ella). Mi padre nunca entendió que hacían unos tíos con pelos ya en los huevos, arrodillados en el suelo haciendo correr un garbanzo hacia una portería hecha con una caja membrillo. Juan era un buen aficionado a la música y desde pequeño se decantó principalmente por el Rock hecho en España, fue otro nexo que tuvimos en común. Además, sentía gran respeto por todas las bandas locales. Él fue el primero que me habló de Los Suaves, allá por 1991. Aún conservo el disco "Maldita sea mi suerte" que me regaló en su momento. En la época de Arimatea, cuando solo contaba con 20 añitos, recuerdo que se vino a una mini gira por Andalucía para echarme un cable con los Franky Franky y el Ritmo Provisional. Lo pasamos genial a pesar de no ganar ni un duro y de que se nos rompiera la furgoneta en el camino de regreso a casa. Puto mundo subterráneo. También le encantaba hacer sus pinitos musicales, tenía un amplificador y una guitarra con la que desgranaba sus canciones favoritas, sin más pretensiones que disfrutar de la magia de la música. Más adelante tuvo que elegir su destino y estoy convencido de que vio demasiadas cosas horribles para una persona sensible y normal. Aquí, en casa, cuelga en una pared una cachimba que me trajo desde Bosnia. Siempre que la miro, lo veo a él. Esas vivencias, posiblemente, fueron mellando su alegría por vivir. Me da que últimamente, paralelamente a su enfermedad, estaba aburrido de la vida. Ha sido un tipo digno hasta el final y nunca lo voy a olvidar.
Desde aquí quiero mandar un beso gigante a mis hermanas Carmen y Fabi. A mi madre. A su esposa Anmarí. A sus hijos Lorena, Marcos y Laura. Y, cómo no, a todos sus buenos amigos.
No hay pena que no me ronde
Me parte hasta un rayo de sol
Las ilusiones se esconden
Lo que ves... es lo que soy. (Yosi Domínguez)
Interterror, joven y bonito cadáver
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Por medio del aguerrido sello punk Polze de la Mort y su máximo valedor, Jaume Ivars, nos llega una cuidada reedición del mítico LP que Interterror publicó allá por el 85 de la mano de Citra. Esta nueva e imprescindible entrega corre a cargo de El Mascarat Records. El vinilo incluye una excelente funda con el diseño original, además de hoja interior con letras de las canciones y créditos del álbum, mini póster y un curioso fanzine a lo "old school". Una obra básica en tu discografía.
Mi aporte emocional quedó así:
Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver
Esta sentencia pronunciada en 1949 por Humphrey Bogart en la película de Nicholas Ray "Llamad a cualquier puerta" resume y define a la perfección la trayectoria de Interterror. Así es, una existencia fugaz, una actitud provocadora, un single demoledor y un LP sensacional, sirvieron como bagaje para convertirlos en míticos e inolvidables. Willy Escribano, Miguel Coll y Víctor Acnex, comandados por la astucia y el talento del Enano Infiltrado han conseguido, sin duda, pasar con Interterror a la Historia del Punk Rock español. No, no exagero, si a los Pistols de Vicious y Rotten les bastó con facturar "God Save the Queen" envuelto en el imprescindible "Never Mind the Bollocks, Here's the Sex Pistols", nuestros héroes valencianos no se quedaron a la zaga, años después, revisando "Adiós, Lili Marleen" para convertirlo en un himno generacional, principalmente para la afición local. Mucho ha llovido ya desde aquellos primeros años de la década de los ochenta, años que fueron testigos de las aventuras y desventuras de este irreverente combo que plasmó, en un momento de esplendor creativo, la joya vinílica bautizada de manera homónima y que el paso del tiempo solo ha servido para revalorizarla. Interterror, un disco y una banda para la eternidad.
Eugenio Andrés, mi editor
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Aún no me lo puedo creer. Me comunica mi querido Fede Vallés que hace un par de días ha fallecido mi buen amigo Eugenio Andrés. Desde aquí quiero hacer llegar todo mi cariño a su familia, pero especialmente a su hermano Carlos Andrés. Eugenio tenía su imprenta en mi barrio (el suyo también), a menos de 200 metros de mi antigua casa en Platero Suárez en Valencia. Él fue el culpable de que abordara el proyecto del libro que le da sentido a esta página en Facebook. Él me animó a escribirlo y, no solo eso, él fue quien se encargó de imprimirlo y editarlo bajo su marca Lliso Impresor. Os aseguro que sin su complicidad y generosidad, "Yo, M. Rock en la Valencia subterránea. 1980-2000" nunca hubiese existido. Me encantaba presentarlo como "mi editor" y sé que a él le hacía gracia. Eugenio es de esos personajes únicos que la vida te pone en tu camino y que nunca te piden nada, al contrario, te regalan su alegría de manera desinteresada y si había que arrimar el hombro, el suyo era el primero en aparecer. Se marcha un bon vivant al que siempre recordaré con una gran sonrisa, la suya y la mía. ¡Qué inolvidables veladas pasamos en el pasaje de la calle Bilbao! Te quiero. Descansa en paz.
Los Radiadores, sorbos de electricidad
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Cuando cae una nueva grabación de Los Radiadores en mis manos, como siempre suelo hacer, la dejo reposar en mis pabellones auditivos el tiempo necesario para poder opinar de ella con justicia y respeto hacia todo el esfuerzo que sé que hay detrás. Es una especie de premeditada maceración placentera que me puedo permitir porque tengo el lujo de disponer de todo el tiempo del mundo para mí. Nunca he sido de los de usar y tirar, hoy en día, menos aún. Además, tengo una máxima: a los amigos nunca no se les miente.
"Sorbos de electricidad", después de mi enrevesado ritual de enfermo melómano, podría perfectamente ser rebautizado como "Tragos de felicidad". Y lo amaría de igual manera. Los chicos han facturado su mejor trabajo hasta la fecha y eso es una buena noticia para la afición. He disfrutado con todas las canciones y no me chirría ninguna, desde la kamikaze "Moriré más por ti", con la que abren el disco, hasta la anfetamínica "Rápido" con la que con la debida chulería hacen mutis por el foro.
Sinceramente, ha merecido la pena, y mucho, esta espera de casi cuatro años desde aquel "Bailes de verano" que nos entregaron allá por el 2020. "Sorbos de electricidad" irradia intensidad y frescura facturada por un combo que sabe lo que se hace en cada momento. Es una experiencia de cruda energía sin concesión a los mojigatos. Los Radiadores se nos presentan vigorosos y desafiantes, convirtiendo hasta el dolor en aliado. Sí, los veo más positivos que nunca, incluso ahora que descubren que ya no son tan jóvenes. La rosa de los vientos está ahí para guiarles en un nuevo tiempo. Divina juventud que se va, impagable madurez en la que navegar.
"He visto cosas que no podrás creer", una de mis favoritas, es un auténtico torbellino sonoro aderezado por un frenético y divertido piano a cargo de Gilberto Aubán. A mí me mantiene en estado de alerta y con las orejas tiesas durante toda su ejecución, inevitablemente me traslada a un salón del viejo Oeste lleno de tahúres, sablistas y vividores, mientras desde mi mesa, güisqui en mano, miro de reojo hacia la doble puerta batiente esperando la entrada de John Wayne para que haga su trabajo. Llámame flipado. ¿Eres tú John Wayne?
En general, "Sorbos de electricidad" te regala diversidad, canciones directas, algunas reflexivas y coros pegajosos, con la inconfundible voz del señor Tamarit, que te podrá gustar más o menos, pero es la que le da marchamo de personalidad a la banda y permite reconocer desde el minuto uno que lo que está sonando son Los Radiadores. Y eso no es moco de pavo.
La banda, bajo la batuta de Carlos Ortigosa, ha conseguido una excelente producción sin artificios ni adornos innecesarios. Simplicidad y honestidad es el resultado final. La Azotea de Karlsound tiene, sin duda, cierta magia y en los últimos tiempos encanta todo lo que toca.
En resumen, "Sorbos de electricidad" es una buena embestida, un testimonio del poder duradero del punk rock como género. Metralla, Sergio, El Joven y Raúl han entregado un álbum que no solo rinde homenaje a sus predecesores, como Ramones, Pistols o Clash, sino que también establece su propio lugar en la historia del punk patrio y cantado en español. Con su combinación de letras francas e irónicas, melodías irresistibles y diseño gráfico más que aceptable, este disco es una declaración de que la irreverencia hacia el statu quo y la rebeldía del punk rock están más vivas que nunca.
Un disco que no se anda con rodeos. Una oda a la valentía, a la actitud y a la constancia.
Palabra de Rock.